sábado, 9 de febrero de 2008

AYER Y HOY EN GALICIA. COMO VIVIAMOS Y COMO VIVIMOS

En el 2006 salió un libro del reconocido fotógrafo coruñés Xurxo Lobato: "Vivir en Galicia".
Xurxo Lobato nos coloca a través de sus fotografías en dos momentos diferentes dentro de un mismo entorno.
Este entorno es Galicia, y esos dos momentos a los que nos referimos difieren el uno del otro sólo por un espacio temporal.
A través de las fotografías nos situamos, unas veces, en los ojos de nuestros abuelos y vemos el mundo que ellos recuerdan. En otras, son nuestros propios ojos jóvenes los que ven, los que reconocen lo actual.
Aquí es donde Xurxo Lobato confronta ambos mundos, iguales en esencia, pero diferentes en cuanto al tiempo al que pertenecen, unos son pasado y otros son el pasado hecho presente. Se podría decir que la cámara del fotógrafo siempre ha estado allí colocada, y que en sólo dos fotografías muestra el poder de cambio que imprime el tiempo en la vida, pero que en esencia, en alma, las cosas siguen siendo las mismas.

Nuestros paisajes "rurales" (hoy en día existe un gran debate en si existe realmente aquello denominado rural, o si ha sido absorbido por lo urbano)






Lo que más nos asusta es la realidad actual, porque en ella se refleja todo aquello que aborrecemos; una ocupación desmesurada del territorio, a la vez que una parcelación exhaustiva y desvergonzada que nos hace vivir en lugares que recuerdan a la película "El show de Truman".











Aquí tenemos parte de esta realidad que se mueve desde la densificación de la parcela mínima unifamiliar hasta la dispersión. Parece que sólo conoce dos modos de crecimiento, el no-organizado y el hiper-organizado.







Y aquí tenemos otros ejemplos en los que al vernos nos preguntamos si las cosas no se hacían mejor antes, cuando no había normativas que cumplir, cuando cada uno construía según lo que necesitaba. Vemos en estas fotos no un pueblo, sino un paisaje.







En estas fotos que ponemos a continuación es donde se refleja nuestra vida como individuos, nuestra evolución a la adaptación del paso del tiempo, pero, aunque en la imagen se perciba el cambio, nuestras necesidades como personas no han cambiado, y sinceramente, dudamos que cambien algún día.






Por un lado está nuestra sala o salón, nuestro sofá y televisión, ya no podemos vivir sin ellos, ¿es nuestra manera de sentirnos sociables?, ¿de establecer una relación con el exterior?. Antes no teníamos esto, nos sociabilizábamos con los más cercanos, con nuestra familia, pero la evolución tecnológica provocó esta des-socialización no sólo ente las personas, sino entre los miembros de la propia familia (podéis encontrar información sobre esto en el libro "e-topía" de William J. Mitchell). Antes teníamos la "lareira", nuestro punto de encuentro, donde la familia se reunía alrededor del fuego en invierno y en sus paredes de piedra fría en verano; y sin nada más que esto, entre ellos, hablaban.









Comparemos ahora lo que era un lugar de trabajo y en lo que se convirtió ahora. Cuántas herramientas eran necesarias para trabajar, y ahora sólo necesitamos una, esa misma que ahora nosotros estamos utilizando para hacer este blog. Pero hay cosas que nunca cambiarán, y es ese haz de luz que crea nuestro ambiente, que lo ilumina y lo atenúa, esa luz que siempre nos acompañará, pase el tiempo que pase.













La cocina, una vez de su separación de la "lareira" también evoluciona, y en este caso, a través de estas fotografías, se da a entender que se puede volver a sociabilizar este espacio tan importante en el día a día.









¿Por qué lo hacían tan bien antes? Esa pregunta ronda muy a menudo por nuestras cabezas, o ¿es simplemente una visión romántica de nuestro pasado que hace que la veamos con emoción?. No lo sabemos, pero no nos cabe duda que cuando vemos una imagen así nos sonreímos interiormente. Pero cabe decir que lo nuevo también busca esa belleza (no siempre), lo intenta, con mucha más organización, a base de repetición, y a veces consigue ese efecto.
No entramos en consideraciones estéticas, sino de organización, de disposición. Queremos dan a entender que lo que fue la base del crecimiento rural fue la necesidad y la adaptación al medio, al territorio, dando lugar a organizaciones más estables funcionalmente hablando que muchos planes urbanísticos actuales.

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